Viaje Bueno - Nro.124


MAJAGUA Y ALFREDO JAHN PARA INICIAR

Para arrancar el 2017 debemos tener claro de que el optimismo es la palabra bandera. No importan los acontecimientos, el Norte es ser optimistas.

Dicho esto: ¡Bienvenidos sean todos al primer Viaje Bueno del año! Recuerden traer el morral full de todo lo que ya hemos conversado en un pasado. Y no olviden la cámara.

Hoy no tengo otro destino que la playa. Es que el porcentaje de venezolanos que asumen que Carnavales es sinónimo de playa es bastante alto, pero como yo no puedo ir con las masas del todo, les daré playa y montaña. Creo que así tendré más viajeros contentos.

El Estado Miranda es el protagonista. Primero nos daremos un chapuzón de los sabrosos y rejuvenecedores en Majagua. Aquí tienen arena suave para reposar tranquilamente y olvidarse de la gastadera y la comedera de Diciembre. Entre Playa Caimán y Caracolito, Majagua se alza con demasiada belleza. Es pura vida. La recepción de los celulares en un poco mala, creo que toda esa naturaleza conspira para que sus visitantes se desconecten en mayúsculas.

Para llegar al destino se debe abordar una lancha en Corrales o en Puerto Francés, la primera opción es menos frecuentada y más económica. Los precios pueden variar de acuerdo a la temporada.

Ahora bien, cuando ustedes se bajen de la lancha cuadren la hora exacta para que los busquen y se les agradece la puntualidad.

En Majagua pueden acampar con previa notificación. No se pueden hacer grandes fogatas pero si un pequeño fogón para ahuyentar los jejenes de la noche que no perdonan a nadie, por lo que el repelente debe ir de primerito. Recomendación: quítense el agua salada antes de aplicarse el repelente de insectos. Por nada del mundo duerman con agua salada en el cuerpo ni cabello. Majagua tiene baños.

Los amaneceres regalan la oportunidad de pensar bien las cosas, el sonido de las olas se nos mete entre ceja y ceja y no importa nada más que ese momento. Majagua es perfecta. Las familias que llegan temprano pueden alquilar espacios en la zona de parrilla y preparar su propia comida. Si van a gastar dinero, los restaurantes los esperan con las mesas disponibles o se los llevan hasta la orilla de playa para que vivan una experiencia deliciosa. Los pescados son delirantemente buenos y en bebidas también se lucen.

Si acampan o si pasan un rato procuren recoger su basura. Las playas sucias se mueren rápido.

También en Miranda conseguirán una manera extrema de pasar un día distinto. Vámonos ya a la Cueva de Alfredo Jahn. Para los que no saben, Alfredo Jahn fue un topógrafo y científico venezolano que participó en expediciones en lo Alto del Orinoco y en la Cordillera de los Andes. Gracias a sus importantes trabajos en botánica y topografía esta cueva lleva su nombre.

La Cueva de Alfredo Jahn posee varios salones. Todos diferentes, todos húmedos. Esto es una aventura para los más guerreros. El equipaje debe ser ligero y puntual. Nada de excesos. Todo lo que vaya dentro del morral debe estar metido en una bolsa gruesa de plástico para que no se moje, hay que procurar mantener seca la muda de ropa para cambiarse al final del recorrido. Zapatos todo terreno, linterna, ropa oscura, gorra o casco, agua, jamás usen blue jean (mojados son muy pesados) y lleven varios tapabocas. Estos últimos son para cuidarnos de los olores fuertes y tóxicos que poseen los pasadizos.

La Cueva de Alfredo Jahn es un destino maravilloso, misterioso, brutal. No es recomendable para niños, personas con problemas respiratorios ni personas mayores.  

Vayan sin miedo, no necesitan experiencias sino un buen guía y corazón aventurero.

Viajeros, hoy más que nunca recuerden subirle el volumen a la fe. Venezuela nos necesita de frente y optimistas.

Dejen cada rincón mejor de cómo lo consiguieron, yo les doy  las gracias de antemano.

Viaje bueno.

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