LA ECONOMÍA PARA ENFRENTAR LA PANDEMIA
Por Maximiano Millán – Docente/Catequista | twitter.com/MillanGuevara
“La industria, el comercio y los servicios siguen estando en manos del sector privado”
Pasqualina Curcio
Como saben todos los que han seguido durante un tiempo nuestros trabajos por este medio, nos dedicamos a escribir sobre la influencia de la economía en los ciudadanos comunes y silvestres habitantes de la ciudad ¿Cuál? Cualquiera.
A partir del diez del presente mes de mayo, los síntomas me dieron la información que nadie quiere escuchar: estás infectado con el virus que causa la Covid 19. Salí del sitio donde me encontraba laborando y me dirigí al ambulatorio más cercano, que resultó ser un ambulatorio del IVSS, abierto a la atención primaria, pero no adecuado para seguimiento de casos positivos.
Luego del examen inicial la médico de guardia me da las instrucciones básicas para tratar la infección de acuerdo a mi condición. Averiguo precios y me dispuse a comprar el primer antibiótico, la primera dexametasona y los antipiréticos necesarios para afrontar este famoso huésped.
Al llegar a la casa, sorpresa, no soy el único, tres adultos más en mi conglomerado familiar presentan síntomas similares y para salir de dudas, al día siguiente se organiza una excursión familiar al hospital centinela en donde confirman que es el famoso virus.
La primera batería de antibióticos, antiinflamatorios, antipiréticos, dexas y demás, pasó de largo por los 90 millones de soberanos, unas 30 lechugas verdes al cambio. Por otro lado en estas condiciones, lo peor que puedes hacer es dejar la medicación de tu tratamiento crónico, por ejemplo para la hipertensión en mi caso y allí sumamos otras 10 lechugas más en un equipo de adultos cuidados por tres niños, que no desarrollaron síntomas fuertes de la enfermedad.
Por supuesto que al avanzar la enfermedad, la matrona de la casa acusó la infección y su tratamiento ocupó otra factura de unos 25 verdes y eso sin cargar un botellón de oxígeno, que el médico tratante nos recomendó tener listo, si su saturación continuaba bajando. Gracias a Dios no ha hecho falta, pero eran 30 verdes más, la recarga del cilindro y los aditivos para poder poner el gas en la nariz del paciente.
Hoy puedo volver a escribir y doy gracias a la vida que me ha dado tanto, como cantaba Violeta Parra; debo añadir en mi caso un segundo tratamiento, puesto que los RX de tórax revelaron lesiones clásicas de Covid y son 35 verdes más. Desde el 10 de este mes hasta hoy lunes 31 uno no contabiliza los gastos hechos, si todavía tienes a los que amas a tiro de una llamada, conversando contigo animadamente y si además tienes a tu matrona al lado, todavía tosiendo pero viva y con fuerza para mejorar.
¿Pero bueno y el hospital centinela estaba o no estaba preparado? Pues si quieres saber lo que vi, estaba y no estaba. En primer lugar la carpa que te recibe afuera, para evitar el contagio desde adentro hacia afuera y viceversa, está equipada con lo mínimo para realizar el primer abordaje. Pero, si te dicen que te van a hospitalizar porque tus condiciones lo requieren, entonces te enfrentas a lo desconocido y a un aislamiento, que muy posiblemente en algunos casos son contraproducentes para el desarrollo de la enfermedad. Creo que la política es hospitalizar cuando sea muy necesario.
Lo segundo que ví es que Rayos X funcionaba, te dan la placa en digital, por allí y por laboratorios privados, los médicos tienen como ajustar los diagnósticos y con ello los tratamientos. Pero no es que a todo el mundo le sacan la placa de tórax, en mi caso lo hicieron porque en todos esos días no había podido tomármela, y la sorpresa de lo que ese virus causa fue enorme.
Finalmente, es muy fácil decir que los hospitales centinelas están preparados para recibirte. Esto desde la perspectiva real es cierto, pero no tienen todos los recursos necesarios para tratarte. No vi los paquetes de tratamientos que tanto nos muestran en la televisión, lo cual no quiere decir que no llegan al hospital de mi ciudad. Siento que se está apostando a la medicina privada que cada paciente puede aportar. Los exámenes de sangre tienen que hacerse privado, reactivos no hay.
Esto último es lo que quisiera que se tomara en cuenta por ustedes mis estimados lectores, si no tienes al menos 50 dólares para invertir en tu salud, es muy difícil afrontar la batalla contra la pandemia, con esta ayuda mínima que tiene el Estado en la frontera. No sé de otras partes pero aquí en la frontera, el Ministerio de Salud es otra cosa. Así que prevenir el contagio, siempre será más barato.
Las sanciones por supuesto que causan daño y es segurísimo que más de una muerte, se haya adelantado por ellas, pero la ayuda del Estado, por acá no se siente con pie fuerte. Y es muy doloroso sentirse sólo en momentos como este. No es mi caso, pero si el de muchos enfermos.
Por eso, parafraseando a Churchill, la economía es algo muy seria para dejársela sólo a los apuestan por la privatización de la salud.
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