La producción real de riqueza

LA PRODUCCIÓN REAL DE RIQUEZA

Por Maximiano Millán – Docente/Catequista | twitter.com/MillanGuevara

“Si en el mercado hay más tontos que papel, la bolsa sube. Si hay más papel que tontos, la bolsa baja”

André Kostolany




Durante mucho tiempo nos preguntamos ¿Por qué la economía de papeles es tan importante para la estructura económica de un país? Por economía de papel entendemos bonos, acciones y cualquier otro instrumento financiero que se transe en una Bolsa o un Banco Central o alguna institución financiera que sirva de intermediario.

Les confesamos que en mis días de formación, también me tragué el cuento de que invertir en acciones de una compañía era una manera de hacerse rico. Mi primera experiencia fallida fue cuando intentamos adquirir acciones de la privatización de la CANTV, los precios eran para inversionistas no para asalariados. Eran inversiones para los grandes ricachones que se repartían a pedazos nuestra empresa de comunicaciones en los años 80.
Hubo incluso un bombardeo comunicacional, en años anteriores, sobre las bondades de la inversión en bonos o acciones en la Bolsa. Los gringos son muy dados a este tipo de negocios, por lo tanto no es de extrañar que la bolsa de New York, sea hoy la más grande del mundo. Ahora ¿Cuál es el bien o el valor que produce para el inversionista la venta de esos papeles de bolsa? Pues nada, sólo el papel de intercambio al cual el sistema le marca un precio. ¿Es eso una economía productiva?

Recordemos que el dinero tiene tres funciones: “ 1) medida del valor, 2) patrón de precios/denominación y 3) medio de circulación” (Curcio Pasqualina) Si lo vemos desde la perspectiva de medir el valor de un bien producido, uno de los productos de esa economía la acción de una empresa X, entonces hay que contabilizar las horas que se invirtió en la producción de esa acción, que en el fondo es un papel. Lo cual en términos del sistema de bolsa, el valor de la acción debería medir la ganancia del negocio de dicha empresa, no el valor del papel moneda, donde la acción está impresa.

Pero desde hace años, sabemos que muchas empresas al pedir créditos a la banca en vez de invertirlos en optimizar la producción de la compañía, lo que hacen es recomprar las acciones para que su valor se eleve y poder obtener nuevas ganancias con sólo vender de nuevo dichos papeles. Por esta razón es que se forman las famosas burbujas financieras que al final explotan cuando alguien trata de cobrar el valor en efectivo de la acción y resulta que la empresa está sobrevalorada y efectivo “no hay”.

Desde la perspectiva del dinero como patrón de precios, queda claro que una acción teóricamente es un elemento para comparar que tan bien va una empresa con respecto a otra o ¿Cuál es su valor en efectivo? Pero al sobrevaluar la acción los dueños de estas compañías colocan una marca ficticia sobre la producción de estas.
Por lo tanto, nos encontramos ante una economía ficticia, cuyos valores teóricos no son sustentados por la realidad, porque los promotores del sistema vieron en el mismo una forma rápida de hacer dinero, intercambiando papel moneda sobrevaluado. Sencillamente, especulando con el precio de las acciones y bonos.

Si esto fuera solamente en USA, pues bien que se coman ellos su Wall Street y sus brókers, pero el problema es que en cualquier Banco Central, emisor de bonos, o en cualquier bolsa, base de operaciones de las acciones, se puede hacer esto, con la facilidad e impunidad explicada. Esto debido a que todo el dinero que existe en el mundo, no tiene respaldo, ni en oro, ni en petróleo, ni en nada. Sólo lo respalda la fe que el usuario le dé.

Por eso, nuestra apuesta para salir de esta situación de económica, debe ser la búsqueda de inversiones productivas, que llenen los espacios que la guerra ha destruido. Para nada nos deberían interesar, la creación de nuevos bancos o bolsas de mercado financiero o cualquier cosa que se les parezca.

Pero no somos los únicos que pensamos así. El cuarto hombre más rico del mundo, se acaba de convertir en el mayor terrateniente de los USA al adquirir a principios de año la “pequeña” cantidad de 98 mil hectáreas de tierras cultivables. Algo estará viendo Bill Gates a través de las Windows, que dirige una gran parte de su patrimonio hacia la producción de alimentos, algo realmente tangible y visible.

Amanecerá y veremos, pero si Rusia sacó al dólar de sus fondos de negocios y China se lanzará dentro de poco con su Yuan digital, la burbuja financiera creada a través del uso del billete verde para todo tipo de operaciones internacionales puede reventarse. Y esa realidad pudiera no estar tan lejana. A sembrar, que si no se vende, nos la comemos.

Por eso digo, parafraseando a Churchill, la economía es algo muy serio para dejársela sólo a los corredores de bolsa.
 

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