La economía en la comida

LA ECONOMÍA EN LA COMIDA

Por Maximiano Millán – Docente/Catequista | twitter.com/MillanGuevara

«En esta casa se come lo que hay, esto no es un restaurant»

Dicho popular




Recibí hace poco una foto de un supermercado gringo, en el que aparecía una pirámide clásica de una marca de harina de maíz muy famosa en nuestro país. Le pedí a la persona que tomó la fotografía que me enviara los datos del paquete de harina, para corroborar que era un producto internacional y no un producto nacional exportado.

Efectivamente, los paquetes de harina que se venden en el norte, son producidos en el norte. Todo esto acorde a lo que dice el rotulado del producto. Por lo tanto, el costo final del producto, no depende de productos extranjeros, puesto que USA es uno de los productores de cereal más grande del mundo, sería ilógico pensar que esa harina de marca venezolana se hace con maíz de otra parte.
Y entonces comparo el precio final que el supermercado tiene en la pirámide y el precio del producto similar, tan similar que tiene el mismo empaque, y me doy cuenta que es un 60% más caro que el de acá. (2,77 $ contra 1,5$ aproximadamente). Si me guío por ese rubro, la comida por esos lares, pareciera ser más cara que por acá. Los chismes que traen los viajeros ocasionales me lo confirman, pero a pesar de eso, no encontramos con un detallazo que merece la pena comentar.

A pesar de lo caro que pueda ser alimentar a una familia por aquellos lares, de acuerdo con un estudio de mercado publicado recientemente (https://www.dw.com/es/hogares-en-estados-unidos-desperdician-un-tercio-de-los-alimentos/a-52133009) la sociedad norteamericana desecha la tercera parte de la comida que compra.

Según esa noticia, los gringos gastan aproximadamente cuarenta dólares mensuales por cada miembro de la familia. Imagine usted que para cada persona de su familia tienen 15 paquetes de la harina del paquete amarillo, y que los va cambiando por los productos que una sola persona necesita, para alimentarse durante un mes. Si la familia es de cuatro miembros, entonces tendremos 60 paquetes para cambiar por los otros productos de la dieta. ¿Parece mucho con demasiado verdad?

Bueno no salgan del asombro, puesto que de acuerdo con la misma fuente, de esta compra de alimentos inflada, ellos se dan el tupé de botar a la basura el 30%. Una cantidad suficiente para alimentar a unas dos personas de los hogares en situación de pobreza de ese mismo país, porque hay pobreza y mucha en esos lugares.
Hago una alerta hacia nuestros hogares sobre este asunto. Si bien es cierto que muchas familias están en el ladre, no es menos cierto, que por muchos años nos acostumbramos a gastar en grandes cantidades, tal y como el esquema de consumo gringo nos enseñó y nosotros aprendimos muy bien.

Todavía dentro de nuestras pocas posibilidades es posible que el riquito que tenemos dentro, nos haga gastar de más en comida que se perderá en el refrigerador. Gracias a Dios la escasez enseña, los hogares que menos botan comida en USA (9%) son los de familias más numerosas, de ingresos bajos o que tienen que trasladarse largas distancias para comprar, es decir los que se planifican en sus gastos. Aprendamos esto también, del gran pueblo norteamericano.

Por eso digo, parafraseando a Churchill, la economía es algo muy serio para dejársela sólo a los botaratas.
 

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